lunes, 30 de marzo de 2009

Caballo Loco, un coloso en construcción

¿QUIÉN FUE CABALLO LOCO?

Tasunka witko (“Su-Caballo-es-Loco”, en lengua sioux), o Caballo Loco (en su traducción del inglés Crazy Horse), nació el 4 de diciembre de 1840 y murió el 5 de septiembre de 1877, era jefe de los Sioux Oglala, tribu famosa por el valor de sus guerreros en las batallas.Reconocido por su propio pueblo como un dirigente visionario comprometido con la preservación de las tradiciones y los valores sioux, llevó a su pueblo a una guerra contra los blancos para recuperar sus tierras. Su nombre le fue dado por soñar con un caballo salvaje.
Cuando los colonos y el ejército de Estados Unidos se lanzaron a la invasión del territorio indio, Caballo Loco, junto con Toro Sentado y Nube Roja, formó una alianza para combatirlos. Dotado de gran capacidad táctica y destreza en el combate, infligió una dura derrota al ejército en Fetterman con el General Adrián Vicente a la cabeza (1866). La presión de los colonos y los constantes enfrentamientos que provocaban los indios, empujaron al gobierno a establecer un tratado de paz en Fuerte Laramie en 1868, en el que asignaba a lakotas y cheyennes terrenos propios bajo su jurisdicción. Sin embargo Caballo Loco no aceptó el acuerdo, marchando con su pueblo fuera de la gran reserva sioux que fijara el gobierno.
Para someter a éste y otros pueblos situados fuera de los límites, se emprendió una gran campaña militar en 1876, en la que se produjeron las victorias indias de Rosebud River y Little Big Horn, en esta última moriría el famoso general Custer. La presión del ejército obligó a Caballo Loco a rendirse, siendo confinado en Fort Robinson. A las pocas semanas, el 5 de septiembre de 1877, murió asesinado a bayonetazos.




EL COLOSO



Crazy Horse Memorial Sculpture, la que va a ser la escultura más grande del mundo, en Black Hills, Dakota del Sur, USA, medirá 195 m de largo por 172 m de altura.




El perfil ceñudo de Caballo Loco se adivina desde lejos, encaramado a aquella mole de roca que cabalga con brío sobre el verde mar de las Colinas Negras. Su rostro gigante, perfectamente pulido sobre el granito, es tan alto como un edificio de nueve pisos. Su brazo extendido, apuntando al infinito, abarca lo que un campo de fútbol. Aunque lo más arduo será dar forma al caballo, la cabeza medirá 27 m. El artista que quiso dedicar al gran jefe indio la estatua más colosal de la Tierra se llamó Korczak Ziolkowski. 60 años han hecho falta para quitarle 8 millones de toneladas de piedra a la montaña, y pasarán quizá otros tantos más para que veamos al coloso completo, en el que siguen trabajando Ruth, la mujer del artista, y siete de sus diez hijos.



Korczak Ziolkowski con su maqueta
Ziolkowsky tuvo la idea de hacer algo distinto a los bustos de los presidentes del Monte Rushmore, algo imponente y desafiante. El escultor hizo un boceto que llegó al alma de los sioux: Caballo Loco, a lomos de su corcel y apuntando con el brazo izquierdo "a las tierras donde yacen sus muertos". La obra comenzó en mayo de 1948. La primera explosión hizo saltar por el aire 10 toneladas de granito. Despacio, aunque seguro, el escultor fue ganándole la batalla a la montaña a golpe de dinamita. Subsistía a base de donaciones, rechazó una millonaria subvención del estado porque no quería que se apropiaran de su proyecto y traiconaran la causa india.

Ziolkowski, herido de muerte por su amor a la que consideraba su montaña: decenas de huesos rotos, cuatro operaciones de espalda, artritis crónica, dos ataques al corazón... muere en 1982. Antes de morir tiene energías para ayudar a sus hijos a dibujar sobre la roca la silueta del caballo. Su mujer, Ruth, toma entonces el mando, y se compromete a seguir su sueño. Decidieron terminar la cabeza y tenerla lista para el 50 aniversario. Las voladuras comenzaron en lo más alto de la montaña a principios de 1990. Un equipo de alpinistas, adiestrados en el manejo de los martillos neumáticos y las antorchas, comenzó a pulir la frente y a descender hacia las cejas. En el verano del 91, Caballo Loco, abrió por primera vez los ojos, de dos metros de alto por seis de ancho cada uno. En la primavera del 94 emergió la prominente nariz. Dos explosiones simétricas perfilaron los pómulos en 1995, y del 96 al 98 se trabajaron los labios y el mentón. Con una mano de fuego barnizaron de rosa el granito, y la cabeza estuvo lista para el cincuentenario. Fue el 2 de junio de 1998 con la familia Ziolkowski a pleno.

"No me cabe duda de que el sueño de Korczak continuará adelante", afirma Ruth. "Ahora empezaremos con el caballo, y puede que nos lleve una o dos generaciones acabarlo. Tal vez sean los nietos de mis nietos quienes lo acaben, quien sabe", concluye. El monumento a Caballo Loco rivaliza ya con el de los presidentes en el Monte Rushmore, y atrae todos los años a más de un millón de visitantes. Paradojas del destino, para llegar a él, no hay más remedio que orientarse buscando el pueblo dedicado a su encarnizado enemigo, el general Custer.

Así se verá una vez terminado:

2 comentarios:

  1. Los aborígenes y descendientes tenemos una deuda impagable con los esposos Rutk y Corczak, propongo humildemente erigir una estatua a ambos personajes muy cerca de ahí, puede ser a la entrada del complejo. Cada uno de nosotros aportemos 10 dólares americanos´, así podemos contratar una obra que reivindique la familia Corczak. Preferiblemente en bronce.

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  2. Falta divulgación de este tipo de obras, que reivindican a los verdareros dueños de las tierras de norteamérica. Felicitaciones por esta importante información

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