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Cartel de la Película "Juan Moreira" de Leonardo Favio
De todo... un poco.Una mirada a este mundo fascinante en el que vivimos
Cartel de la Película "Juan Moreira" de Leonardo Favio
Crazy Horse Memorial Sculpture, la que va a ser la escultura más grande del mundo, en Black Hills, Dakota del Sur, USA, medirá 195 m de largo por 172 m de altura.
El perfil ceñudo de Caballo Loco se adivina desde lejos, encaramado a aquella mole de roca que cabalga con brío sobre el verde mar de las Colinas Negras. Su rostro gigante, perfectamente pulido sobre el granito, es tan alto como un edificio de nueve pisos. Su brazo extendido, apuntando al infinito, abarca lo que un campo de fútbol. Aunque lo más arduo será dar forma al caballo, la cabeza medirá 27 m. El artista que quiso dedicar al gran jefe indio la estatua más colosal de la Tierra se llamó Korczak Ziolkowski. 60 años han hecho falta para quitarle 8 millones de toneladas de piedra a la montaña, y pasarán quizá otros tantos más para que veamos al coloso completo, en el que siguen trabajando Ruth, la mujer del artista, y siete de sus diez hijos.
Ziolkowski, herido de muerte por su amor a la que consideraba su montaña: decenas de huesos rotos, cuatro operaciones de espalda, artritis crónica, dos ataques al corazón... muere en 1982. Antes de morir tiene energías para ayudar a sus hijos a dibujar sobre la roca la silueta del caballo. Su mujer, Ruth, toma entonces el mando, y se compromete a seguir su sueño. Decidieron terminar la cabeza y tenerla lista para el 50 aniversario. Las voladuras comenzaron en lo más alto de la montaña a principios de 1990. Un equipo de alpinistas, adiestrados en el manejo de los martillos neumáticos y las antorchas, comenzó a pulir la frente y a descender hacia las cejas. En el verano del 91, Caballo Loco, abrió por primera vez los ojos, de dos metros de alto por seis de ancho cada uno. En la primavera del 94 emergió la prominente nariz. Dos explosiones simétricas perfilaron los pómulos en 1995, y del 96 al 98 se trabajaron los labios y el mentón. Con una mano de fuego barnizaron de rosa el granito, y la cabeza estuvo lista para el cincuentenario. Fue el 2 de junio de 1998 con la familia Ziolkowski a pleno.
"No me cabe duda de que el sueño de Korczak continuará adelante", afirma Ruth. "Ahora empezaremos con el caballo, y puede que nos lleve una o dos generaciones acabarlo. Tal vez sean los nietos de mis nietos quienes lo acaben, quien sabe", concluye. El monumento a Caballo Loco rivaliza ya con el de los presidentes en el Monte Rushmore, y atrae todos los años a más de un millón de visitantes. Paradojas del destino, para llegar a él, no hay más remedio que orientarse buscando el pueblo dedicado a su encarnizado enemigo, el general Custer.
Así se verá una vez terminado:
Fuente: Reader's Digest